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Allá por abril de 2021, Helly Hansen ponía en marcha una expedición única en su clase. Seis mujeres, científicas y expertas en entornos polares, ponían rumbo al corazón del Ártico, hacia los míticos horizontes de Svalbard, para esquiar 450 kilómetros entre glaciares, fiordos e insólitas cumbres. Durante el periplo, el equipo recogía un sinfín de datos que permitirán ampliar nuestro entendimiento sobre el deshielo de las regiones árticas. A pesar de las apabullantes jornadas de trabajo, también sacaron tiempo para llevar a cabo cursos virtuales, acercando la ciencia y su experiencia a jóvenes estudiantes, algo clave para afrontar los desafíos inmediatos de cambio climático. Y todo, completando la primera expedición científica Carbon Neutral, es decir, eliminar de la atmósfera tanto CO2 como el que se emite.

Anne, Silje, Dorothée, Alia, Heidi y Nina, las «Climate Sentinels», han trabajado durante cuatro años solo para lograr poner en marcha una expedición que muestra la nueva cara de la investigación en el Ártico. Mejor lo explican las palabras de la exploradora y científica británica Felicity Aston, mentora de la expedición: «Hay muchas razones para alegrarse por esta expedición. Hay mucha integridad científica en el corazón de este viaje; en sus esfuerzos por ser carbon neutral, el equipo ha establecido nuevos estándares en cuanto a responsabilidad, que otros seguirán; la ruta que han seguido también es excitante e inspirará a otros a seguirla (incluida a mí) y poner en marcha sus sueños en el Ártico. Cada miembro de la expedición es una científica y aventurera capaz y ambiciosa: el mejor ejemplo de la exploración en el siglo XXI».

LA EXPEDICIÓN

Durante cuatro semanas, las seis expedicionarias cubrieron 450 kilómetros con sus esquís para recoger muestras de hielo y nieve en el archipiélago de Svalbard. Svalbard se alza entre gélidos mares a medio camino entre Noruega y el Polo Norte. Hoy en día es uno de los enclaves fundamentales para estudiar el Cambio Climático, pues la región se está calentando 7 veces más rápido que el resto del planeta.

También es uno de los lugares más accesibles del Ártico, y hogar de una diversidad única en el mundo y varias estaciones científicas que han convertido de Svalbard en una suerte de laboratorio natural.

LA CIENCIA

Durante la expedición, el equipo recogió muestras en el hielo y la nieve para analizar la concentración de carbono negro, producido por la combustión incompleta de combustibles fósiles, biocombustibles y biomasa. Una sustancia peligrosa para la vida, que puede viajar miles de kilómetros y alcanzar fácilmente el Ártico. Cuando el carbono negro llega a la nieve o el hielo, contamina estos elementos, pero más importante, los oscurece acelerando de ese modo su derretimiento.

Uno de los pilares del proyecto «Climate Sentinels» es hacer la ciencia más accesible, divertida y excitante. Por ello, el grupo ha tendido puentes con numerosas escuelas alrededor del mundo, con las que colaboran mostrando sus experiencias. «Queremos llegar a la gente joven, conectar con ellos desde lugares remotos y únicos de nuestro planeta, y sobre todo motivarles a que actúen positivamente por el planeta».

Entrevista

Heïdi Sevestre

«Sobrevivimos a las peores condiciones meteorológicas que hemos visto nunca en Svalbard»

Charlamos con la Dra. Heïdi Sevestre sobre los desafíos, tanto deportivos como científicos, que encontraron durante su viaje al corazón del Ártico.

¿Cuál era vuestra meta en Svalbard?
El objetivo principal era investigar las deposiciones de carbono negro en la nieve. Éste se produce por partículas finas y ultrafinas que se emiten cada vez que quemamos combustibles fósiles. Estas pequeñas partículas pueden viajar largas distancias, a veces miles de kilómetros. A través del viento y las precipitaciones, pueden acabar sobre regiones remotas compuestas de hielo y nieve, lo que oscurece su superficie y facilita que se derrita. A día de hoy, el carbono negro es responsable del 30% del calentamiento en el Ártico. Durante nuestra expedición, recogimos muestras de nieve entre dos estaciones, a través del trayecto entre el Noroeste de Svalbard y su punta Sureste. En total, recogimos 100 muestras de nieve y hielo, que serán estudiadas en la Western Washington University.

¿Por qué escogisteis Svalbard?
Es el lugar que más rápido se derrite en el mundo. Mientras que el Ártico se calienta dos o tres veces más rápido que el resto del planeta, Svalbard lo hace unas siete veces más deprisa. Todo lo que sucede allí está ocurriendo extremadamente rápido, y para nosotras era esencial comprender por qué está sucediendo esto, y de dónde procede toda la polución que está oscureciendo el hielo y la nieve en la región.

Todavía hay que analizar las muestras, ¿pero habéis vuelto con alguna observación preliminar de Svalbard?
Sí, efectivamente, hemos podido hacer algunas observaciones que serán muy útiles en nuestro estudio. Durante las dos primeras semanas de expedición, experimentamos las peores condiciones climáticas que habíamos visto nunca en Svalbard. Fue históricamente extremo, debiendo sobrevivir a cuatro o cinco grandes tormentas, con vientos que superaban los 140 km/h, además de muchísima cantidad de nieve fresca, lo que nos puso las cosas francamente difíciles. El viento no sólo era capaz de llevarse nuestras tiendas cada noche, es que también daba la vuelta a las pulkas, haciendo muy difícil avanzar. También había tanta nieve que el riesgo de avalanchas estaba por las nubes. La temperatura también fue más alta de lo normal, por lo que el hielo marino tampoco estaba en las mejores condiciones, y algunos de los glaciares tenían muchas más grietas de las esperadas. Todos estos eventos extremos están directamente relacionados con el cambio climático, por lo que experimentamos su impacto de primera mano.

¿Qué es lo que más os ha impactado durante la expedición?
Lo que verdaderamente nos dejó heladas fueron esas condiciones extremas del clima. Era algo muy inusual para el mes de abril, que se caracteriza generalmente por presiones altas y un tiempo bueno y estable. Nosotras experimentamos justo lo contrario. Aparte de eso, lo que más nos impactó fue el estado de los glaciares. Los mapas que usábamos para situarnos tenían unos diez años, por lo que cada vez que escalábamos o atravesábamos un glaciar la estampa era muy diferente a lo que se suponía en el mapa.

¿Era importante hacer la expedición carbón neutral?
Para nosotras era muy importante, para demostrar que la ciencia puede hacerse de manera diferente, incluso en las condiciones más extremas de la Tierra. Como científicas, trabajamos en la primera línea de la lucha contra el cambio climático, y no podemos ir viajando por las regiones polares en helicópteros, rompehielos y motos de nieve. Es verdaderamente nuestra responsabilidad minimizar todo lo posible nuestra huella de carbono. Por eso decidimos viajar con esquís, cargando todo nuestro equipo en las pulkas. No era la estrategia más sencilla, pero no tardamos en comprender que este estilo nos ayudaba a comprender mejor (y respetar) el entorno en el que nos movíamos, y nos daba tiempo para analizar y observar con calma el ecosistema y sus condiciones.

En condiciones tan adversas, trabajando todo el día, ¿cómo era la dinámica dentro del equipo?
Fue crucial confiar en cada una de nosotras. Algo que habíamos aprendido en anteriores expediciones es que cuando gastas tanta energía en moverte y sobrevivir, es muy importante centrarte en las cosas que puedes controlar y no en las que no puedes controlar. Así que lo primero era confiar plenamente en todo el equipo. Todo a nuestro alrededor era mucho más poderoso, mucho más caótico, pero nunca puedes rendirte.

Lo segundo, es que era importante no confundir confianza con ego. No puedes pensar que eres más fuerte que el lugar o que tus compañeros. Cada una tenemos nuestro carácter y aportamos diferentes experiencias al grupo, además siempre debes mantener una comunicación muy abierta. Así que nos comprometimos a dejar los egos a un lado, y cada vez que estuviésemos cansadas, asustadas, hambrientas o sedientas, de acuerdo o en desacuerdo, debíamos poner nuestros sentimientos sobre la mesa.

Podéis leer el diario de la expedición, escrito sobre el terreno.

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