Un saco de dormir a modo de colchón, una habitación en un hotel al aire libre de lujo con vistas a millones de estrellas, y en lugar de un despertar con un desayuno en la cama, un amanecer con vistas que te dejan sin aliento… Pasar una noche al raso en la montaña es una experiencia muy especial, aún más si al “vivaquear” en una cima podemos ayudar a las personas sin hogar.
| Fotografías: Mikael Helsing
Montar un vivac en una cumbre es algo que todos los aficionados al outdoor deseamos hacer. Dormir al raso, con el silencio de la noche envolviéndonos y despertando todos nuestros sentidos: escuchando los sonidos del bosque, sintiendo el frío, el viento, sintiendo casi el cielo caer sobre nuestras cabezas, viendo salir el sol… Vivaquear es una experiencia única y especial que los montañeros buscamos, y después de esa noche maravillosa bajo las estrellas volvemos a nuestro cálido hogar a dormir en una cómoda cama. Pero hay gente que se ve obligada a dormir al raso todos los días, sin los alicientes de las espectaculares vistas, sin la protección de un cálido saco de dormir de plumón y sin la opción de regresar a una casa donde guarecerse. Personas sin techo a los que la comunidad montañera Bivac.org pretende ayudar con su propuesta solidaria “Las 10 y 1 noches”, un proyecto que busca apoyar al colectivo a la vez que conciencia a los amantes del vivac y la montaña.
En la primavera de 2020, cuando terminó el confinamiento más estricto de la pandemia, unos montañeros ávidos de montaña que salían de sus casas por primera vez en meses para escaparse a sus cumbres favoritas se encontraron con un espectáculo desalentador: en la ciudad había aumentado preocupantemente el número de personas sin hogar. Mientras ellos, los montañeros, habían esperado meses para poder ir a dormir a la intemperie, otros no habían tenido otra opción durante todo ese tiempo. De aquí nació Bivac.org, una comunidad que combina las aficiones de unos con las necesidades de otros. A partir de distintas propuestas de vivacs solidarios, la iniciativa recoge donativos que van íntegramente destinados a “Arrels Fundació”, organización que lucha para proporcionar un techo a las más de 5.000 personas sin hogar en Cataluña.
Las 10 y 1 Noches: un reto solidario de altura
La idea es sencilla: hacer 11 vivacs en un año. Pero estos no son cualquier tipo de vivac: son las mejores pernoctaciones en la intemperie que se pueden hacer en los Pirineos. El reto recoge una lista inicial de 20 propuestas de lugares donde dormir, que incluyen cumbres míticas como el Aneto, la Pica d’Estats, el Monte Perdido o el Midi d’Ossau, entre otras, así como también sitios preciosos donde iniciarse como los Ibones de Anayet o el Pic de la Dona. Esta lista se irá ampliando continuamente, y se puede consultar en la guía disponible en la web de Bivac.org.
Para iniciar el reto hay que darse de alta en la Bivac.org y hacer una donación de 45 €. A cambio, recibimos la guía de vivacs, hecha conjuntamente por distintos alpinistas y montañeros que han realizado y fotografiado las pernoctaciones, una funda de vivac de Ferrino personalizada para el reto, y seguro de la FEEC para tener cobertura durante la realización del reto. Al finalizar el reto, se recibirá un diploma que certificará la compleción del mismo. Tanto Ferrino como la FEEC como Bivac.org colaboran de manera altruista y de forma transparente: de los 45 €, 5€ se usan para el envío de la funda y el diploma, y el resto se donan íntegramente a “Arrels Fundació”.
El reto empieza con el primer vivac que uno elija hacer, y a partir de ese momento se dispone de 365 días para realizar los otros diez, en cualquier orden y siguiendo cualquier combinación. La guía contiene toda la información necesaria para validar el reto.
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